19 oct 2013

Para los jóvenes escritores del siglo XXI


   A todos esos escritorzuelos de pluma hinchada por el ego y ánimas atormentadas:

Voy a contaros un secreto, la inspiración no está en lo artificial. Si pensáis que para liberar el genio necesitáis alterar vuestro estado de conciencia, no podríais estar más muertos. Porque las musas del siglo XXI, esas rubias y delgadas, de poco pecho y curvas andróginas, las mismas que han sustituído los cánones exhuberantes, no se encuentran en los bares. Por mucho que las busquéis, no apareceran frotando la botella de tequila de la discoteca de esta noche. Tampoco se encuentran en el filtro de los porros o en los químicos de cualquier tipo de pastilla. Y más de uno, seguís y seguiréis buscándolas en esas fronteras poco recomendables, las que pensáis que os hacen sentir deseables, misteriosos e interesantes, cuando, en realidad, solo muestra lo que sois, yonkis. Droga que se apodera de una mano y escribe una teoría absurda pero algo reflexiva que ya os hace sentir el Shakespeare español. Cuán equivocados estáis, y cuánto me da igual.

Porque es digno de lástima no poder relacionarse con el mundo tal cual es y tal cual somos. Es triste no poder vivir a través de los sentidos que nos permiten ver, oír, sentir, oler, probar...Escritores de pluma hinchada, os propongo un juego, o si preferís, un experimento. Cuando no tengáis más tinta para el cuento, salid a la calle, id a un parque, escuchad el viento entre los árboles. Cerrad los ojos, cerradlos, hacedme caso, oíd la tierra, sentidla con lo que sois y entonces descubriréis que sois una insignificancia de polvo de estrella en un universo que parece que cada vez es menos infinito. Cuando estéis ávidos de emociones fuertes, de sentir con el corazón desbocado, elegid unos labios y besadlos. Dejaros llevar por la endorfina que libera vuestro cerebro, la cual se propaga por las neuronas produciendo que tengáis ganas de más besos. Cuando no os guste el mundo y queráis evadiros, poned las manos en el suelo y subid las piernas. Veréis el mundo totalmente del revés, porque a veces es necesario un cambio de perspectiva para poder entender y apreciar lo que nos rodea. 

No nos privéis de vuestro talento natural.

22 may 2013

Oportunidades y sus costes


No sé qué me pasa. No sé si es algo por lo que todos pasamos al llegar a una determinada edad, si es solo cosa de adultos o si es cosa, simple y llanamente, de la vida.

Estoy en ese momento en el que no sé si estoy haciendo lo correcto para conseguir "mi sueño", la vía más adecuada de llegar a mis varios futuros soñados. Me aterra el pensar que estoy perdiendo tiempo, que podría aprovechar aún más el día, que no exprimo lo suficiente las horas. Me da miedo pensar que no me esfuerzo demasiado, que no me desvivo por lo que me gusta, que soy una más, que no destaco en nada.

¿Dónde está el camino unidireccional que tenemos al principio de nuestra vida? Ahora se ha dividido, tiene infinitas bifurcaciones, y, como he aprendido en economía, cada una tiene un coste de oportunidad. Decantarse por una alternativa significa descartar muchas otras. Todo el tiempo que le dedico a las clases de inglés, a chino, a la universidad y a ver a mi novio (porque seamos sinceros, el amor quita tiempo), me da miedo estar empleándolo mal.

¿Y si llega el día en el que me arrepiento de haberme puesto a estudiar chino cuando no iba a vivir nunca allí? ¿Y si debería tomarme más en serio mi blog de moda porque, a fin de cuentas, es la única actividad periodística que hago? ¿Y si debería buscar prácticas los fines de semana para llenar los únicos días libres? ¿Y si..? ¿Y si...? En definitiva ¿Y si lo que estoy haciendo es una pérdida de tiempo?

Estoy histérica, furiosa, exhaltada, tengo ganas de gritar y vaciarme de esta frustración que me llena por dentro que me agobia por las noches. Ese miedo que me atenaza por no saber qué será de mi, por no poder controlar lo más mínimo mi futuro. Por haber soñado ingenuamente con trabajos ideales que hoy están totalmente fuera de mi alcance. No voy a ser una famosa blogger de moda porque no tengo tiempo para mi blog. No voy a ser una buena escritora porque no tengo tiempo para acabar mi libro. No voy a ser una planificadora de bodas y eventos porque no tengo tiempo para sacarme el curso. No voy a ser una reportera de moda porque los talentos (psicológicos y físicos, que por desgracia, cuentan mucho) de la mayoría de mujeres metidas en ese mundo o con intención de hacerlo, me superan.

Esto es lo que voy a ser: Voy a ser una chica que se ha pasado sus cuatro años de carrera estudiando inglés y chino sin hacer una práctica ni media ni desarrollar nada personal paralelamente.
Una de tantas.
Eso voy a ser.